
El mercado cambiario se tensiona ante el escenario electoral y el Gobierno se alista para sostener el dólar en $1.300.
mA pesar del reciente y significativo aumento en las tasas de interés, se anticipa una mayor dolarización de carteras. Hasta el momento, el alza del tipo de cambio no se reflejó en los precios, pero contener una nueva suba es fundamental para evitar impactos inesperados. En este contexto, los inversores ya están enfocados en el próximo evento clave: las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre.
El Gobierno se aferra al dólar a $1.300 en medio de tensiones electorales y presión del mercado
La semana pasada dejó en evidencia un hecho clave: el equipo económico no está dispuesto a permitir que el dólar supere los $1.300. Cuando la cotización alcanzó ese umbral, el Gobierno reaccionó con fuerza. Por un lado, aumentó la venta de futuros; por otro, subió bruscamente las tasas de interés, llevándolas al 50% anual en una licitación del Tesoro convocada de urgencia, con la que logró captar $4,7 billones.
Riesgos cambiarios y clima electoral
La situación cambiaria no se estabiliza fácilmente, especialmente cuando la economía entra en etapa electoral. Inversores y ahorristas observan con atención la fecha del 7 de septiembre, cuando se celebrarán las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. La anticipación de esos comicios por parte de Axel Kicillof, que buscaba despegarse del calendario nacional, elevó aún más la tensión en los mercados, reduciendo el margen de maniobra que el Gobierno había ganado al eliminar las PASO.
A esto se suma un problema estructural de la economía argentina: la escasez crónica de dólares. El país se aproxima a un período de alta volatilidad con niveles de reservas aún insuficientes. El Banco Central, además, no ha logrado acumular los fondos comprometidos con el FMI para el primer tramo del acuerdo actual.
Oferta de divisas en caída, demanda en alza
A partir de esta semana, se espera una fuerte baja en la oferta de dólares provenientes del agro debido al vencimiento del esquema de reducción de retenciones. Sin embargo, el mayor desafío está del lado de la demanda, que sigue muy firme, en particular por parte de quienes buscan cobertura ante la incertidumbre política. Desde la flexibilización parcial del cepo, las familias han estado comprando alrededor de USD 2.000 millones por mes, restando margen al BCRA para comprar reservas.
El economista Pablo Goldín puso en duda la conveniencia de haber adelantado la salida del cepo. Aunque en su momento fue celebrada por la calma cambiaria que generó, también impidió aprovechar la temporada alta de ingresos (el segundo trimestre) para robustecer las reservas.
La anticipación de las elecciones bonaerenses por parte de Kicillof, según los analistas, neutralizó el tiempo ganado con la eliminación de las PASO. Con menos de un mes para los comicios, es poco probable que se desacelere la compra de dólares por parte del sector privado. La experiencia de los últimos 30 años demuestra que, en períodos electorales, la dolarización se intensifica, incluso en contextos menos inestables que el actual.
Expectativas políticas y reacción de los mercados
Los inversores miran con expectativa el 7 de septiembre. La posibilidad de un triunfo de la coalición entre el oficialismo y el PRO genera optimismo en algunos sectores, alentado incluso por declaraciones del presidente Javier Milei, quien se refirió a su fuerza como «La Libertad Arrasa». No obstante, el escenario sigue siendo incierto, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, bastión del kirchnerismo. La falta de entusiasmo en los mercados bursátiles y de deuda sugiere que todavía no hay un «trade electoral» definido.
Un dólar que sube sin impacto (por ahora)
Uno de los datos más llamativos del último mes fue que el salto del tipo de cambio —cercano al 10%— no se trasladó aún a los precios. Las consultoras privadas proyectan para julio una inflación similar a la de junio, alrededor del 1,6%. Sin embargo, esta estabilidad no está garantizada ante un nuevo salto cambiario. Si el dólar oficial vuelve a subir, el riesgo de traslado a precios es alto, lo que podría poner en peligro el principal logro del Gobierno: el proceso de desinflación.
Aunque los mercados y el FMI exigen una mayor acumulación de reservas, el Gobierno decidió priorizar la baja de la inflación, posponiendo el cumplimiento de esa meta.
Reservas limitadas y estrategia oficial
Un informe de la consultora de Fernando Marull reveló que, en los últimos dos meses, las compras del Tesoro sumaron solo USD 600 millones. Las colocaciones de bonos BONTE 2030 sumaron otros USD 1.400 millones, para un total de apenas USD 2.000 millones. El ambicioso objetivo de emitir bonos en pesos por el equivalente a USD 1.000 millones mensuales fue suspendido por ahora, debido a la suba de tasas y al contexto de mayor dolarización.
Señales mixtas de la economía
En medio de este contexto, algunos indicadores económicos comienzan a mostrar signos positivos. Según la Universidad Torcuato Di Tella, la pobreza cayó al 31,6% en el primer semestre, una baja significativa desde el 52% registrado en diciembre de 2023. Esta mejora se explica por la desaceleración en el costo de la canasta básica. Si bien el alivio económico alcanza a millones de familias, no está claro si esto se traducirá en apoyo electoral.
Aun así, la economía sigue mostrando una dinámica desigual. Algunos sectores, como petróleo, gas, minería, bienes raíces y electrodomésticos, avanzan con fuerza. En contraste, rubros como la construcción, la obra pública, el comercio minorista y la industria continúan en recesión y con capacidad ociosa elevada. Esta disparidad ayuda a explicar por qué, pese a los mejores indicadores, el empleo formal no repunta: los sectores más golpeados son los que más mano de obra emplean.
FMI, calificación y un país que camina al borde
A fin de mes se espera que el FMI revise el caso argentino, lo que podría destrabar un desembolso clave de USD 2.000 millones. Mientras tanto, la calificadora Moody’s dio una señal positiva al mejorar en dos escalones la nota de la deuda argentina. La decisión se basó en la salida parcial del cepo y en el nuevo entendimiento con el Fondo. No obstante, persiste la preocupación por la debilidad de las reservas.
El analista de Moody’s, Jaime Reusche, lo resumió con crudeza: “Argentina es un país que siempre está a una elección de distancia del default.”