
Simplificar trámites y acortar tiempos”: la recomendación de la OCDE para Milei sobre la regulación estatal
Manuel Gerardo Flores Romero, coordinador del Programa de Política Regulatoria de la OCDE en América Latina, estableció las directrices para la elaboración de normas, procedimientos y gestiones en todos los niveles del Estado, poniendo énfasis en que deben estar orientadas a cumplir objetivos claros de política pública y en que los beneficios esperados superen ampliamente los costos involucrados.
Además de implementar recortes y ajustes en el gasto público, afectando partidas como jubilaciones y salarios del sector público, el Gobierno sostiene a la desregulación como uno de los pilares centrales de su programa. El presidente, que no duda en calificar al Estado como una “organización criminal”, designó a Federico Sturzenegger como ministro responsable de esta tarea, con facultades delegadas bajo la Ley de Bases.
En este contexto, la OCDE —organismo internacional que agrupa a las economías más desarrolladas— propone un enfoque que busca equilibrar la simplificación y agilización de trámites con la necesidad de mantener regulaciones públicas que garanticen el cumplimiento de objetivos de política pública.
Manuel Gerardo Flores Romero, economista y coordinador del Programa de Política Regulatoria para América Latina en la OCDE, explica que el diseño de normas, procedimientos y gestiones en el Estado debe basarse en un análisis que determine si los beneficios superan los costos. “La regulación establece las reglas del juego para la interacción entre ciudadanos, empresas y gobierno, y debe perseguir objetivos legítimos como la protección del ambiente, del consumidor o del trabajador”, señala Flores Romero, doctorado en la Universidad de Warwick y radicado en Ciudad de México.
El especialista destaca que, a menudo, los gobiernos caen en la tentación de “sobrerregular”, motivados por incentivos que aumentan el tamaño del Estado, su presupuesto y su planta de empleados. Por eso, la OCDE recomienda monitorear y evitar que el volumen de regulaciones crezca descontroladamente. Flores Romero compara el exceso regulatorio con “una pileta de agua turbia” que entorpece diversas actividades.
Este criterio debe aplicarse tanto a nivel macro como en situaciones cotidianas, como la apertura de un comercio o restaurante. Por ejemplo, una licencia sanitaria para garantizar la correcta manipulación de alimentos es necesaria, pero exigir cursos largos y costosos al chef puede ser excesivo y elevar innecesariamente los costos. “La regulación debe ser proporcional al riesgo que se pretende controlar”, sintetiza.
La eficiencia y la reducción de costos administrativos también son prioridades en el diseño regulatorio. Flores Romero lideró en la OCDE el desarrollo de la ‘Ventanilla Única de Trámites’ en conjunto con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, una plataforma digital que concentra todos los procedimientos necesarios para habilitaciones y trámites en un solo lugar, eliminando la necesidad de múltiples gestiones físicas.
“Antes, los trámites se realizaban en distintas oficinas físicas; ahora, el objetivo es centralizarlos digitalmente para que el ciudadano pueda acceder fácilmente desde un solo punto, ya sea para registrar el nacimiento de un hijo, consultar apoyos sociales o gestionar becas”, concluye el especialista.