La postura del Gobierno frente a una eventual condena de CFK: silencio institucional y la incertidumbre sobre el candidato libertario.

Desde la Casa Rosada evitarán pronunciarse sobre el futuro judicial de la referente justicialista. La eventual inhabilitación obliga a recalcular la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires.

El Gobierno, en silencio ante un eventual fallo contra Cristina Kirchner, mientras crecen las especulaciones en la interna libertaria

El escenario político nacional se mantiene en vilo ante la posibilidad de una de las decisiones judiciales más relevantes de las últimas décadas: una condena firme contra Cristina Fernández de Kirchner. La Corte Suprema podría definirse en los próximos días, en caso de que rechace el recurso extraordinario presentado por la defensa de la ex presidenta en la causa por corrupción en la obra pública. Una decisión de ese tipo implicaría su inmediata inhabilitación para ejercer cargos públicos.

El silencio oficial marca la estrategia de la Casa Rosada. El presidente Javier Milei instruyó a sus ministros a evitar cualquier tipo de declaración sobre el caso para no interferir en el proceso judicial. «No sabemos si la Corte va a actuar», aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en declaraciones a A24, subrayando que el Ejecutivo no pretende tomar partido públicamente ni dar señales que puedan interpretarse como presión institucional.

En paralelo, Axel Kicillof acompañará a Cristina Kirchner en su presentación en la sede del Partido Justicialista Nacional. La ex presidenta sigue siendo una figura central del mapa político argentino, y su vigencia se mantiene a pesar de los embates judiciales.

En el entorno libertario circulan versiones de que la Corte ya tendría avanzada su decisión. Esta posibilidad no fue contemplada cuando Cristina anunció su candidatura por la Tercera Sección Electoral bonaerense. De concretarse la inhabilitación, la estrategia electoral en la provincia debería reconfigurarse por completo. «Sin ella cambia todo… es obvio», admitió un dirigente clave de La Libertad Avanza.

Los efectos políticos de una condena también impactan en la oposición. En la Tercera Sección, un bastión electoral del peronismo con más de 5 millones de votantes habilitados, la ausencia de Cristina disminuiría la relevancia de la contienda y obligaría al oficialismo a redefinir su fórmula. Algunos asesores libertarios sostienen que sería ideal enfrentar a “una figura irreprochable” frente a una candidata con antecedentes judiciales, un contraste que ya funcionó en la campaña porteña con el lema “Kirchnerismo o Libertad”.

Sin embargo, en la Casa Rosada se reconoce que, aunque muchos promueven la condena de la ex mandataria, electoralmente conviene tenerla en carrera. Su presencia potencia la polarización y permite mantener vigente el discurso anti-kirchnerista que impulsó el ascenso de Milei. “Queremos ganarle a Cristina en las urnas, no en los tribunales”, aseguran fuentes cercanas al oficialismo.

En privado, algunos dirigentes libertarios expresan su descontento con una eventual condena definitiva. “Es un asco, ¿cómo van a condenar a un ex presidente? Nos convertimos en Guatemala”, dijo a Infobae un influyente referente del espacio, con una mezcla de bronca e ironía.

A pesar de esas voces críticas, el discurso público se mantiene alineado con la idea de cerrar el ciclo kirchnerista a través de la Justicia. “Hay que clavarle el último clavo en el ataúd a Cristina”, fue la frase —contundente y polémica— que sintetiza la posición de Milei.

A la espera del fallo, tanto oficialismo como oposición ajustan sus estrategias. Lo que ocurra con Cristina Kirchner en los próximos días puede redefinir el tablero electoral bonaerense y nacional.